1. Los Ingenieros Técnicos en Informática aplauden las palabras del Presidente del Gobierno.
2. Le toca ahora al Gobierno dar a la ingeniería informática el papel que para este sector reclama en sus mítines, con la regulación de la profesión y el reconocimiento de los ingenieros en informática.
3. El sector de desarrollo de software se puede convertir en un pilar fundamental en la economía del país.
4. Los Ingenieros Técnicos en Informática reclaman la exigencia de responsabilidad profesional en los sistemas informáticos que dan servicio a la sociedad.
“Menos ladrillos y más ordenadores”, con estas palabras el Presidente del Gobierno, Sr. Rodríguez Zapatero, declaraba ayer mismo, muy acertadamente, cuáles son las necesidades para construir una economía más fuerte y con mayor solidez de cara al futuro.
Y la verdad es que el Presidente no podía haber dado más en el clavo. No sólo el sistema judicial (y otros organismos de igual importancia) está necesitado de una cura informática, sino que invertir en tecnologías informáticas, con la mirada puesta en todo momento en el exterior, en la exportación del software que se cree en nuestro país, permitirá crear una industria de gran valor añadido, de conocimiento, de futuro, que sirva para complementar al turismo y a la construcción como pilares básicos de la economía en los años venideros.
Durante los últimos 30 años se han realizado a lo largo de todo el territorio nacional importantes inversiones en informática, en forma de creación de capital intelectual formando a decenas de miles de Ingenieros en Informática, hasta convertir a esta ingeniería en la primera en número en el país.
Falta, no obstante, un par de pasos de vital importancia que requieren mucho menor esfuerzo que el ya realizado, pero que son imprescindibles para dar sentido y rentabilizar la inversión realizada.
El primero consiste en la regularización de la profesión del Ingeniero y el Ingeniero Técnico en Informática ya que es un contrasentido que la ingeniería con mayor número de profesionales sea la única cuyo ejercicio no se encuentre regulado. Regular la profesión supone cerrar el círculo y exigir a esos profesionales que la sociedad ha decidido formar que ejerzan la responsabilidad para la cual su titulación fue creada: que existan responsabilidades en informática del mismo modo que se exigen en otras áreas. Nadie imagina que la responsabilidad de la construcción de un puente no recaiga en un Ingeniero de Caminos, ni que una operación la realice alguien que no sea Cirujano y del mismo modo de los sistemas informáticos deben responsabilizarse los Ingenieros en Informática formados a tal efecto, especialmente cuando las otras dos especialidades citadas, y muchas otras, dependen en un porcentaje elevado de dichos sistemas informáticos.
Continuar con la falta de regulación actual es no sólo una falta de responsabilidad sino un desperdicio de la inversión realizada en la formación de dichos profesionales, que no revierte como debería en la sociedad.
Por otro lado impulsar el espíritu innovador imprescindible para la creación de empresas capaces de competir en el mercado global, algo que será bien recibido por los jóvenes profesionales que integran la citada ingeniería.
Con una cantera de más de 130.000 Ingenieros e Ingenieros Técnicos en Informática y un número similar de estudiantes, la afirmación del Presidente puede convertirse en una realidad, en la construcción de un sector informático fuerte que aporte su valor no sólo optimizando los procesos internos de administraciones públicas e industria y aumentando su productividad, sino que se convierta en sí mismo en un pilar de la economía mediante la exportación de productos de calidad al mercado internacional.